Todas las Razones que Necesita para Hacer Meditación y Ejercicio Físico

Meditación en la playa

A primera vista, la meditación y el ejercicio físico pueden pertenecer a polos opuestos.

En la primera actividad, te sentarás en silencio sobre un cojín, básicamente para no hacer nada. En cambio, durante un entrenamiento con ejercicios variados, tu cuerpo se habrá movido más que durante todo el día. ¿Pueden tener algo en común?Desde mi experiencia, más de lo que piensas.

Nos despiertan

Sentir vida

En la meditación ponemos mucha atención en el modo en que respira nuestro cuerpo. Cada vez que nos distraemos durante una sesión de meditación, significa que nuestra mente está en otro lugar, y cuando vuelve en sí, nos sentimos más vivos que antes. Estamos sintonizando a nuestros sentidos, despertando al presente. Por otro lado, cuando hacemos ejercicio físico, tenemos la oportunidad de sintonizar nuestro cuerpo y sentidos para sentirnos plenamente vivos. Después de una sesión de actividad física nos sentimos más despiertos y activos, esa es la sensación de la que os hablo.

Nos hace mejores personas

La amabilidad y gentileza son importantes tanto para el ejercicio físico como para la meditación.

Eso puede parecer un poco contradictorio cuando se trata de hacer ejercicio. Sakyong Mipham, autor y director de Shambhala, una comunidad global de centros de meditación, dice:

“Si nosotros nnonos presionamos a nosotros mismos lo suficiente, no evolucionamos, pero si nos presionamos demasiado, podremos provocar una regresión o estancamiento. Lo que es suficiente hará que cambiemos dependiendo, eso sí, de dónde estemos y lo que estemos haciendo. En ese sentido, el momento presente es siempre una especie de principio”.

El esfuerzo y la disciplina no son los mismos que la agresión, que a menudo proviene de un sentimiento de descontento. Con una sensación de gentileza y amabilidad, realmente podemos ser amables con nosotros mismos, y eso se trasmitirá al exterior y a la gente que nos rodea.

No puede haber malestar ni dolor

Sin sentir dolor

El dolor no es un castigo, y el placer no es una recompensa.

Ambos son ocurrencias comunes. Sobre todo al principio, nuestras mentes y cuerpos no están acostumbrados a meditar o hacer ejercicio, por lo que nos mantenemos inquietos, incómodos o doloridos. De cualquier modo, hay sensaciones físicas a las que luego se les unen las mentales. Una sensación física puede ser: “Me duele la rodilla”. La historia a continuación podría ser: “Yo sabía que no debería haber esperado tanto tiempo antes de ejercitarme, y ahora estoy fuera de forma”.

Esta historia que nos montamos en la cabeza nosotros mismos, puede hacer que el dolor sea aún más agudo y duradero. Para la mayoría de nosotros, la respuesta y reacción automática cuando sentimos que un entrenamiento está siendo muy duro, es la de facilitar cada ejercicio para hacerlo más liviano. Lo mismo puede decirse de la meditación. Si comenzamos a sentirnos incómodos, irritados, con picores, etc., podría ser una señal de la mente por no estar acostumbrada a la tranquilidad. Pero hay que volver al concepto de gentileza, y seriedad para sentirnos mejor fuera de nuestra zona de confort.

El equilibrio es la clave

Equilibrio

Esto se aplica a todos los elementos físicos y mentales de ejercicio y meditación. Una buena postura en meditación no debe ser ni demasiado forzada ni lo extremadamente suelta. Si estamos relajados, lo estamos en un término medio. En la mayor parte de un entrenamiento, la mejor forma de actuar es cuando estamos relajados pero siempre alerta a cualquier cambio brusco que pueda surgir. Si estamos demasiado tensos, podríamos sufrir alguna que otra lesión. La próxima vez, tened muy en cuenta el grado de tensión o relajación de vuestro cuerpo y mente, así como el compromiso y la intensidad.

Son actividades complementarias

Crecimiento cuerpo y mente

Sin una mente sana, es muy difícil desarrollar un cuerpo sano, y un cuerpo saludable crea equilibrio para apoyar la evolución de una mente cuerda. Sin embargo, es importante señalar que, a pesar de sus similitudes, no son lo mismo. Si bien un enfoque meditativo definitivamente no se puede aplicar a la hora de hacer ejercicio físico, no hay reemplazo para la meditación.

Cuando nos evadimos estamos dando el espacio necesario a nuestro cuerpo y mente para sentirse relajado y familiarizarse con cualquier elemento etéreo de nuestro alrededor.

Como veis, algunas de las razones son obvias, pero con otras debemos mirar más en lo profundo de nuestra mente. Ambos conceptos son válidos para mejorar tanto como persona como a nivel espiritual.

Deja un comentario